En un taller de escritura
seis escritoras futuras
encontrábanse reunidas
compartiendo su talento

Puntos y comas volaban
y uno que otro acento
daba realce a sus textos

Anilú las dirigía
con señorial maestría
y Dolores motivaba
con su amoroso sustento

Ixchel escribía guiones
que parecían oraciones
y Nayely les narraba
la historia de su novela
que era de fantasía un portento

Sarahi las escuchaba
reuniendo nuevas palabras
para crear un sortilegio
que acompañara a sus cuentos

Gina pensaba en qué forma
podía eliminar el vicio
de utilizar el gerundio
en cada espacio y resquicio
de sus textos floribundios

La Muerte bella y pensante
las observaba intrigada
pensando calmadamente
cómo incluirse en el grupo
porque leer y escribir
bien a bien nunca supo

Me llevaré a todas ellas
dijo la flaca risueña
todas son inteligentes
saben latín y latón
y de sus vidas son dueñas
pero de su muerte no.

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