Promoción válida sólo el día de muertos.

La modernidad insiste en que las brujas no existen, en que las pócimas mágicas y los conjuros son charlatanería, porque los pensamientos deciden lo que las pupilas perciben, y la sociedad moderna las ha encasillado en cuentos y películas que son ficticias ante sus ojos, así que se han infiltrado en cuantas empresas han podido, para que las historias lleven un toque de verdad.

En el pasado, era distinto, porque la gente sí creía. Hasta hace unas cinco décadas, las brujas que vivían en las montañas, hacían aparecer encantos en las cuevas, que atrapaban a las personas tacañas que pasaban por ahí.

El hechizo duraba veinticuatro horas, el día de muertos. Bastaba con un espejismo de mazorcas radiantes para que, los sedientos de ambición los tomaran. Sus cuerpos se quedaban atrapados en la cueva, y sus almas, presas de la bruja que había lanzado el hechizo.

En aquella época, la gente decía “ten cuidado, no entres a esa cueva, es un encanto”, porque sabían lo que podía pasar, pero nunca faltaba el avaro que se quería robar la cosecha de lo que no había sembrado.

La gente ha cambiado y el nivel de avaricia es cada vez mayor. Ahora, nadie se deslumbra con unas mazorcas doradas y apetitosas, porque las mentes cicateras, presas del deseo de poseer la marca de ropa más cara, el teléfono más inteligente o un automóvil lujoso, se satisfacen con hechizos modernos llamados: promociones.

Detrás de cada promoción, hay un hechizo que vuelve a las mentes fieles cautivas de las brujas, por medio de los objetos hechizados que distribuyen y, la gente es tan incrédula que no sospecha de la palabra gratis.

Para fortuna de las brujas, la trampa es tan efectiva, que los no brujos la han copiado, y con ello, las ayudan a pasar desapercibidas en el mercado. La bruja que haga el mejor hechizo, será también la que se quede con más almas cautivas.

Marlén y Jazmín son dos hermanas expertas en el tema, quienes han vivido desde la época de los encantos de mazorca, así que son pioneras en el mercado de hechizos.

Marlén es una escritora talentosa, con decenas de seudónimos y rostros intercambiables, para no levantar sospechas de su infiltración. Ella ha escrito las historias de las telenovelas, series y películas de fantasía más exitosas. Escribe libros que, después lleva con inversionistas ambiciosos y fáciles de hechizar, para que se encarguen de la difusión mundial.

Jazmín es capaz de descifrar en un instante las emociones y los anhelos que albergan los corazones de las personas y, con ello, dominar su mente. Gracias a su habilidad, es la encargada de administrar el negocio de la familia, una tienda para coleccionistas llamada El Encanto, en donde tiene como tarea hacer que los clientes no salgan sin comprar y siempre regresen por más.

Juntas, crearon un hechizo universal con el que se han apoderado de la mente y el dinero de miles personas. Marlén escribe las historias y Jazmín vende los artículos coleccionables de estas. Sí que se han vuelto sofisticadas.

Le son fieles a tradición de atrapar almas el día de muertos, y ahora que las cuevas pasaron de moda, porque la naturaleza perdió jerarquía ante los centros comerciales, ponen el anzuelo en su tienda.

Solo durante ese día, montan un set fotográfico decorado con telarañas y calderos, adentro de El Encanto. Los requisitos para que los clientes se lleven una foto gratis son: realizar una compra sin monto mínimo y acudir disfrazados.

“Sin disfraz, no hay foto”, dice el eslogan de la promoción, porque esa es la clave del hechizo, es el modo de ofrecer el alma, sin saberlo, a este par de brujas, quienes eligen con cuáles se quedan. Les gustan las tacañas, las soberbias, las que tienen hambre de poder.

En el contexto actual, las personas esperan recibir atención y reconocimiento en las redes sociales, demandan sus cinco minutos de fama, así que, el castigo elegido por las brujas hermanas, es el olvido.

El proceso es simple. Cuando llega un cliente disfrazado, Jazmín se apresura a examinar su corazón y accede a sus pensamientos. Si se trata de un esposo golpeador, una novia enferma de celos, un jefe explotador, un ladrón o cualquier otra persona que emane soberbia y agresividad, es seguro que lo ponen en la lista de candidatos.

El siguiente paso, es imprimir la fotografía del cliente en un papel especial creado por ellas. Es una fórmula secreta que se parece a los juegos de rasca y gana. Con sus uñas, raspan el rostro del elegido y lo desaparecen del mundo terrenal. En automático, se borran los recuerdos que las demás personas alberguen sobre ellos, se trata de un olvido total.

A veces, la maldad de los elegidos es tan sorprendente, que sirve como inspiración para que Marlén escriba sus famosas historias, total, nadie va a recordar más a aquellos clientes.

Como ya no hay cuevas, se quedan atrapados en la tienda. Pasan al estante de la colección especial que no está a la venta, convertidos en figurillas que visten el disfraz que el cliente portaba en la fotografía.

Así que, estimado lector, la próxima vez que se encuentre con una promoción atractiva, piense si va a comprar algo que necesita o si se trata de un objeto que solo quiere poseer, porque detrás de cada regalo, puede haber un hechizo que vuelva prisionera a su alma.

Por: Sarahí Franco

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